Este es el sitio de la antigua Provincia Inmaculada Concepción de los Hermanos Menesianos en Argentina y Uruguay. Si lo que busca es información y noticias sobre el Distrito Divina Provindencia, de los Hermanos Menesianos en Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay, visite su nuevo sitio web: menesianosdp.net.

menesianosic.net > Juan María > Peregrinación Menesiana > La Chesnaie
Peregrinación Menesiana

La Chesnaie

Historia del lugar – Chesnaie

La propiedad de la Chesnaie había sido comprada por Pierre LORIN, el abuelo materno de Juan María, el 10 de abril de 1778, al conde de VINDIMILLE, brigadista real y caballero de honor de la condesa de Artois .

«Tengo que pasar el verano en mi finca, escribe Pierre LORIN, y tengo que marchar dentro de quince días con mi mujer. Mi finca y el gasto que he hecho en ella me han obligado a pedir un préstamo. Actualmente debo cerca de 6 000 libras…» .

¿Cómo ir de La Chesnaie a St.-Maló?

Hoy, unos treinta kilómetros separan a los dos lugares; antiguamente, había que rodear la bahía e ir por malos caminos de campo. Había que hacer un auténtico viaje, a caballo o en diligencia.
Había otro medio más cómodo: remontar la Rance en barco hasta la cala de Mordreuc, en Poleudihen, medio que será recomendado por Féli en una de sus cartas. Así y todo, aún quedarían seis kilómetros hasta llegar a La Chesnaie y había que alquilar algún coche si no se había avisado anteriormente a alguno de los arrendatarios.

Los jóvenes LA MENNAIS (Féli y Juan María), ¿iban a casa de sus abuelos LORIN? Quizás, pero entonces era toda una expedición… lo cual sería excepcional. Ellos tenían la casa del Val-Ernoult, propiedad de su abuelo paterno ROBERT, de acceso más fácil y más agradable para los niños…

La Chesnaie seguirá perteneciendo a los LORIN hasta el fallecimiento de la abuela en 1803, ya que el abuelo había fallecido en 1799. Juan María tenía entonces 23 años y Féli 21.

Ellos descubrirán realmente La Chesnaie con ocasión de una enfermedad que les llevará a reponerse allí, hacia 1805.

Años más tarde, Féli será el arquitecto y el diseñador de la modesta capilla que se construyó en el jardín, debido a la distancia a los lugares de culto.

Chesnaie ya no será una casa de campo, una casa de descanso sino que se convertirá en un lugar muy fértil, desde el que los dos hermanos irradiarán, sobre la cristiandad, una época de renovación intelectual y espiritual, de la que se podría esperar mucho…

La propiedad de la CHESNAIE.

La Chesnaie era la propiedad de los abuelos maternos de Juan María, de los Lorin. La adquirieron en 1778. A la muerte de sus abuelos, pasó a ser herencia de los nietos. En 1811, en octubre, Féli inicia la construcción de una pequeña capilla a unos 60 metros de la casa. La acabará en agosto de 1812. Actualmente la capilla no existe y en su lugar, para indicar su emplazamiento hay un cantero de flores. En 1813 hicieron construir un molino de viento. En la planta baja, frente a la entrada se encuentra el famoso salón donde Féli tenía las tertulias nocturnas con sus discípulos.

Féli abandonará definitivamente la Chesnaie el 23 de mayo de 1836. Juan María volvió a ver la Chesnaie, después de la muerte de Féli el 28 de junio de 1854.

Paisaje:

«La Chesnaie es una especie de oasis en medio de las llanuras de Bretaña. Delante de la casa se extiende un amplio jardín con una terraza plantada de tilos, y una pequeña capilla al fondo…

Estamos rodeados, cercados y como ahogados por los árboles; las ondulaciones del terreno son tan ligeras que es casi una llanura, de forma que es difícil encontrar un horizonte un poco amplio, y cuando se le encuentra, es la inmensa uniformidad representada por la superficie de los bosques; los árboles grises se pierden en el cielo gris. Al occidente de la casa hay un estanque encajonado como un río entre dos bosques que le dominan…

Se dice que es una maravilla durante la hermosa estación, son tantos los pájaros que vienen a causa del frescor y de la sombra espesa de sus orillas. La casa tiene como sombrero un tejado agudo de buhardillas… se la percibe con todo a través de los árboles, y los grandes árboles que la rodean redoblan la semejanza con Rayssac. (La casa de Chateaubriand). La capilla está situada de frente a la casa, al fondo del jardín; es muy pequeña y sencilla e invita a la soledad. Estando la parroquia lejos, celebramos en ella una misa los domingos y fiestas» .

«Más grande que una casa de campesinos, sin ser un castillo, con un piso único, sus altas chimeneas, su gran tejado, encuadrada por árboles y por el silencio, la Chesnaie, cubierta de las melancolías de la tierra bretona, se mostraba al término de una extraña espera como una aparición» .

Historia menesiana – Chesnaie

La escuela menesiana de la Chesnaie:

Mons. Baunard describe así la Chesnaie:

«La Chesnaie era: su cenáculo, su escuela, su santuario, su amable hogar y su academia; porque la Chesnaie era todo esto» .

Por eso Boutard llama a Féli el Platón de la Armórica, porque allí tenía su «Academia» .

El origen de la escuela de la Chesnaie lo debemos poner en las conversaciones y relaciones de Féli con Gerbet y Salinis. Féli cuando estaba en París iba con Gerbet al “Salón de Salinis”. Cada semana había una reunión de jóvenes los domingos. Es esto lo que se conoce como «Conferencias de Salinis». Estas conferencias tendrán su continuación en las conferencias de «Juilly», dadas por Féli. Este “Salón de Salinis” es como la cuna de la escuela menesiana.

Por otra parte, Féli colabora en el periódico “El Memorial Catholique” lanzado por Salinis y Gerbet en 1823. Colaboran también: Gousset, Doney, Guéranger, Rohrbacher. El Memorial dura de 1824 a 1830 y se le puede considerar como el precursor de “l’Avenir”.

Como dice el Hno. Friot de las conversaciones de Féli con Gerbet y Salinis es de donde va a surgir la idea de fundar «una escuela»: «En los últimos meses de 1824 hay que situar las conversaciones de Féli con Salinis y Gerbet sobre el proyecto de una asociación de eclesiásticos para cultivar las ciencias religiosas» .

Por otra parte Juan María ha fundado la Congregación de Saint-Méen, respondiendo a una petición de Mons. de Lesquen.

De la unión de esta doble iniciativa, nacerá la Congregación de San Pedro; la promotora de la escuela menesiana, y a la que pertenecerán la mayor parte de sus miembros.

Así explicaba Juan María los objetivos que deseaban conseguir:

«Cuando pienso en sus destinos futuros (de la Iglesia), tiemblo al verla perecer y apagarse entre nosotros por falta de instituciones apropiadas a las necesidades de los tiempos, falta de hombres suficientemente instruidos para defenderla contra los nuevos enemigos que la atacan» .

Eso mismo era lo que pensaba Féli: «Féli estuvo atento a lo que veía y oía. Cuando llegó a la Chesnaie, traía consigo un rico fondo de ideas que iba a madurar con el trabajo y la reflexión. Enseguida se dio cuenta que dos cosas eran necesarias a la Iglesia para que continuase cumpliendo su misión providencial en medio de los hombres en las nuevas circunstancias que se habían producido: por una parte la ciencia y por otra, una intimidad más grande con el pueblo» .

Así explicaba Guérin el objetivo de la escuela: «Todos tenemos un objetivo, la ciencia de Dios; pero tendemos a él por caminos diferentes, cumpliendo así la ley de la unidad en la diversidad» .

«Crear un centro de estudios en el que se encontrasen los hombres que desdeñando los intereses humanos y las ambiciones terrestres, quisieran consagrarse únicamente a la búsqueda y defensa de la verdad; dar a estos hombres menos una regla de vida común que una regla de común pensamiento; asignar a cada uno en el amplio campo de las ciencias divinas y humanas la parte que convenía mejor a sus gustos y aptitudes; unificar el trabajo de todos, haciéndoles converger en un mismo objetivo, bajo una dirección intelectual. Esta dirección, no hace falta decirlo, debía pertenecer a Lamennais» .

Para obtener este objetivo cada uno cultivaba sus talentos y cualidades.

«El trabajo al cual se entregaban allí correspondía a las facultades de cada uno, por el camino particularmente indicado por el maestro, y donde cada uno debía continuar sobresaliendo más tarde: Montalambert en el orden social y político; Gerbet en el orden filosófico del simbolismo cristiano; Lacordaire en la renovación de la elocuencia del púlpito y del apostolado monástico; Guéranger en la restauración de la liturgia; Rio en la resurrección del arte cristiano; de Coux en el orden económico; Rohrbacher y Blanc en sus investigaciones históricas» .

Ambiente, horario, método, seducción de la palabra de Féli.

«Se aprende más en la conversación que en los libros. En pocas palabras nos abre puntos de vista inmensos sobre la ciencia. Sus palabras elevan y calientan el alma, se siente la presencia del genio» .

«Nos levantábamos a las cinco. Algunos minutos después, nos dirigíamos hacia la pequeña capilla al fondo del jardín para ayudar o celebrar la misa; era despertarse en el Señor. Lamennais subía al altar. Ofrecer el santo sacrificio en presencia de sus discípulos en esta reunión matinal era para él una dicha que raramente cedía a Gerbet o Lacordaire…

Después de la misa venía el desayuno con mantequilla y pan, que se tostaba para que fuese más apetitoso. El resto de la mañana era dedicado al estudio. Durante el invierno nos reuníamos en una habitación común cerca de un buen fuego. El trabajo era serio y sin distracciones… Cada uno se ocupaba siguiendo su inclinación y las posibilidades que le ofrecía su temperamento…

En las conversaciones y en las conferencias cada uno aportaba el fruto de sus búsquedas personales, y se formaba así un rico tesoro común del que todos podían sacar algo. Como conviene, Lamennais daba ejemplo de vida laboriosa. Dedicábamos al estudio una media de quince horas al día…

En la Chesnaie, por la tarde se continuaba estudiando, con algún corto paseo en medio de los árboles o al borde del lago. Se hacía entonces todo un intercambio de impresiones y observaciones que se iban, con total libertad, del maestro a los discípulos y de los discípulos al maestro» .

«Sus conversaciones valían como libros, mejor que libros. Imposible imaginar, a menos de haberlo oído, el encanto de sus charlas, donde se dejaba llevar por el impulso de su imaginación: filosofía, política, viajes, anécdotas, historietas, bromas, malicias, todo sale de su boca bajo las formas más originales, más vivas, más atrayentes, más incisivas, con las comparaciones más novedosas y profundas; a veces con parábolas admirables de sentido y poesía, porque era un gran poeta…

Por la noche, después de cenar, pasábamos al salón. Recostado en un inmenso sofá, mueble viejo de terciopelo carmesí, que se encuentra precisamente colocado bajo el retrato de su abuela, de la que se observan ciertos rasgos en su nieto, y que parece mirarle con complacencia. Es la hora de charlar. Entonces, si entran en el salón verán en un rincón un pequeño ser, con ojos como el carbón y pivotando sin cesar sobre el cuello; no verán nada más que la cabeza, el resto del cuerpo está absorbido por el sofá.»

¿No se puede decir que al acoger cerca de él a jóvenes a quienes el mundo daba miedo, pero que sin embargo no estaban hechos para el altar, entreveía el gran papel apologético que los laicos estaban llamados a ocupar en una sociedad renovada?.

¿No se puede decir que la escuela de la Chesnaie es quien ha inspirado y hecho posible nuestras Facultades Católicas? ¿No es ella quien ha contribuido más que cualquier otra institución a la reforma de los estudios eclesiásticos?

Los dos hermanos en la Chesnaie

En diciembre de 1805, Juan María se retira a la Chesnaie para descansar. En enero de 1806, viaja con Féli a París para consultar al médico. Residen en el Seminario de Misiones extranjeras y es la época en la que entran en contacto con San Sulpicio.

En julio de 1806 vuelven juntos a la Chesnaie y empieza la etapa de colaboración y de trabajo común. La Chesnaie es el lugar de las más profundas experiencias fraternas de Féli y Juan María. Es el lugar de la colaboración fecunda, de la comunicación honda… y lo será también de los dolores más amargos. Féli siempre quiso que Juan María viniese a vivir con él a la Chesnaie, para trabajar juntos en la defensa de la Religión y de la Iglesia.

El 14 de agosto de 1814, mientras Juan María está en Saint-Brieuc, Féli le escribe:

«Pasar nuestros días juntos, poner en común nuestros trabajos, nuestros estudios, nuestras alegrías y nuestras penas, todo nuestro destino… con qué vivacidad mi corazón se vuelca en estas dulces esperanzas».

Juan María, que no puede satisfacer las esperanzas de su hermano, intenta sin embargo aprovechar las ocasiones que se le presentan para estar con él.

«De vez en cuando, Juan María partía discretamente para la Chesnaie. Pasaba un día, rara vez más. Con todos los bálsamos de la piedad, de la ternura fraterna y de la sana doctrina trataba de curar las llagas del enfermo que consentía todavía en confiarle su sufrimiento» .

Pero llega el momento de la prueba, se avecina la tormenta no deseada ni esperada, la ruptura temida y dolorosa. Así describe Villefosse, los momentos de encuentro en la Chesnaie, en la etapa final, cuando Féli ha concebido ya la obra “Palabras de un creyente” (ver *.DOC de 29 Kb)

«A veces Juan venía a suavizar su soledad. Féli, en conmovedoras efusiones le abría el corazón, incluso en confesión; juntos en la pequeña capilla se anonadaban al pie de la cruz. Le leía ciertos capítulos de sus Palabras, más llenas de fe ardiente en la Providencia y en la eficacia de la oración que todas sus obras anteriores. Le suplicaba que permaneciese junto a él, poner en común sus trabajos, sus alegrías, sus penas y su destino como en el tiempo en que no era aún más que su «hermano pequeño», en el que el mayor le guiaba de la mano por los caminos de Dios. Juan permanecía conmovido, pero estaba acaparado por otros deberes. Sus obras estaban más amenazadas que nunca por la inmunda conspiración de los Tartufos, que no podían perdonarle llamarse La Mennais y que iban a obligarle a liquidarlas» .

Féli ama mucho a su hermano y tiene gran veneración por las obras que éste ha emprendido. Hacia estas dos cosas Féli es especialmente sensible. Si a los ataques a su hermano, unimos las calumnias contra la honradez de su persona, se comprende, aunque no se admita, la reacción de Féli, ya desde hace tiempo contra las cuerdas.

«Este Juan… fue desaprobado por su obispo, esto ponía a Féli fuera de sí, esto le precipitaba hacia lo irreparable. Mientras le habían atacado a él, permaneció estoico, pero cuando arruinaban la reputación de su hermano, y cuando se osaba llegar a decir como el obispo de Séez, en un retiro, que todos los colaboradores de l’Avenir estaban perdidos por amor al dinero… entonces el viejo fondo de indignación reprimido desde la vuelta de Roma, explotaba» .

En agosto de 1832 aparece la encíclica “Mirari vos”. Juan María hace todos los esfuerzos posibles para obtener la sumisión de su hermano a la encíclica. El 11 de noviembre de 1833 Juan María consigue la sumisión. Féli, a pesar de eso, está escribiendo ya las Palabras de un creyente.

«En el silencio de los bosques, cuando las hojas comienzan a amarillear, obsesionado por la Sagrada Escritura y sus maldiciones contra los poderosos, obsesionado por la Polonia sangrante y por todas las iniquidades de Europa, Lamennais acaba las Palabras de un creyente» .

Féli leía pasajes del libro a Juan María, que éste encontraba formidables, pero pasaba por alto otros textos.

«Lo que Juan María escuchó primero, eran páginas que parecían caídas del cielo; páginas a veces melancólicas y tiernas, a veces brillantes de elocuencia y poesía. Maravillado de tanto genio en un alma, en estado tan doloroso, no le regateaba la admiración» .

Cuando Juan María conoció todo el contenido del libro, hizo todo lo posible para que Féli no lo publicase.

«Un día de vuelta de un viaje a París, Féli llegó a Ploërmel y pidió ver a su hermano. Le dijo que después de una brusca discusión con Mons. Quelen, había puesto en manos de Sainte-Beuve el manuscrito de las Palabras, con el encargo de imprimirlo. Juan se echó al cuello de su hermano: Te suplico, no publiques eso» .

En ese momento Féli le pide confesión; Juan María no puede escucharle, ya que partía de viaje.

«Al día siguiente, su coche atravesaba la entrada de la Chesnaie. Se arrojó a los pies de su hermano y le conjuró de nuevo para que renunciase a la publicación de este desgraciado libro. Féli se resistió durante mucho tiempo; al fin, cansado de luchar, dejó en Juan la suerte del manuscrito. Este corrió a Dinan, con una carta prescribiendo al impresor parisino que parase el trabajo. La depositó precipitadamente en el buzón y esperó ansioso. Al día siguiente le entregan un periódico donde se anunciaba en grandes titulares que las Palabras de un creyente acababa de aparecer» .

A enturbiar más la relación entre los dos hermanos, contribuyó el caso de Mons. Lesquen. Éste, pide a Juan María, en una carta privada, que confiese que no aprueba las doctrinas de su hermano. Juan María, con total confianza, así lo hizo. Pero poco después Mons. Lesquen publica la carta en la “Gazzette de Bretagne”. Este hecho molestó profundamente a Féli, e hirió el corazón fraterno de Juan María. Aunque Féli intente justificar la actitud de su hermano, la herida y la desconfianza anidan ya en el fondo de su corazón.

«Debo confesarte en primer lugar, en relación con mi hermano, que salvo un poco de debilidad quizá, hay que lamentar más que censurarle. Tú conoces su posición, con sus 150 establecimientos que debe constantemente defender contra los ataques de derecha e izquierda» .

El 15 de julio llega a Bretaña la encíclica “Singulari nos”, en la que se condena “las Palabras de un creyente”. Era el segundo golpe. Juan María intentó hablar con su hermano, que aceptó escucharle, pero el camino estaba elegido. En mayo de 1836, Féli abandona definitivamente la Chesnaie.

La Chesnaie quedó como lugar de recuerdos; dulces unos, amargos, extremadamente amargos otros. Juan María se sintió atraído con fuerza por el recuerdo de la Chesnaie a partir de la muerte de su hermano.

«Un día quiso saborear, bajo la mirada de Dios, la dulzura y la tristeza, en los mismos lugares donde se había desarrollado su intimidad con aquél que lloraba.

Era el 18 de junio de 1854, cuatro meses después de la muerte de Féli. Acompañado de algunos amigos se dirigió a la Chesnaie, hizo abrir la capilla, cerrada desde hacía veinte años, y celebró el santo sacrificio donde su hermano había dicho su última misa. La sangre del Salvador, que había corrido tantas veces sobre esta piedra a la voz del sacerdote fervoroso ¿no gritaría misericordia por el pecador? Este pensamiento sostuvo al anciano durante la celebración fúnebre.

Acabada su acción de gracias, salió, recorrió la terraza silenciosa, y desde allí, mirando una ventana muy conocida, la de la habitación de su hermano, cuyas contraventanas estaban cerradas, gritó con una voz desesperada: ¡Féli!, ¡Féli!… Se le separó de este espectáculo y volvió aprisa a Ploërmel. Cada año, hasta su muerte, volvió a hacer esta peregrinación a la Chesnaie» .

Teología menesiana – Chesnaie

Torrente de ideas vagas

(Descargar el texto completo – *.DOC de 33 Kb)

Hay siempre una relación fecunda entre historia y reflexión, entre relación y soledad, entre experiencia e interiorización. Como en todo nacimiento, también para las ideas y para las obras, es necesario el momento de fecundación y el de la lenta gestación. Nos fecundan las relaciones, los acontecimientos, las conversaciones, los intercambios… Pero todo ello debe ser gestado en el silencio, la reflexión y la soledad.

«El pensamiento encuentra su fermento y su alimento en la fiebre de las capitales pero no se decanta más que en la soledad; para encontrarse, para desarrollarse de forma perfecta, le es necesario el horizonte marino o la muda belleza de los árboles».

En la vida de Juan María, los viajes a París, sus estancias en S. Sulpicio, sus relaciones con Emery, Bruté, Teysserre, Duclaux… representan la fecundación. La Chesnaie es el lugar de la gestación. En la Chesnaie se gestó y vio la luz el Torrente de ideas vagas, el 13 de noviembre de 1807.

El Torrente es la zarza ardiente de Juan María. Es la experiencia en que Dios se le revela y le pone delante el horizonte de la misión.

«He visto la aflicción de mi pueblo, he oído sus clamores… Yo te envío para sacarle de Egipto» Ex.3.

El Torrente es la expresión de su gran Deseo, de esa zarza que arde sin consumirse. Deseo que animará la realidad de toda su vida.

Así lo manifiesta él, por ejemplo en el nº 32:

«Si puedo dar algún honor a Nuestro Señor Jesucristo».

En el Torrente están contenidas todas las grandes intuiciones y obras que animarán toda su existencia:

Escribir, formarse, restablecer un cuerpo teológico… En este escrito, están ya los gérmenes de nuestra Congregación y de la Congregación de San Pedro. En el número 11 leemos:

«Primeros pasos e insinuaciones para el restablecimiento de los Jesuitas y otra Compañía capaz de continuar en el tiempo, según los designios de misericordia que puede tener la Providencia y los tesoros de gracia escondidos en su seno y para los cuales ella espera que nosotros hagamos corresponder nuestros esfuerzos.»

En el número 13:
«Puntos de vista y pasos para conservar y extender las órdenes religiosas. Ningún bien duradero se realiza ni puede emprenderse sin estas Instituciones»

Así mismo en esta obra están también en germen los libros que luego escribirán los dos hermanos: Reflexiones y Tradición.

Consejos espirituales

(Ver texto completo)

En la Chesnaie da inicio Juan María a su diario, Memorial (descargar *.TXT de 105 KB), que inicia el 1 de abril de 1809, y que continuará hasta 1818, donde encontramos los famosos «Avisos espirituales».

«Dios y libertad».

Este va a ser el lema del Avenir. Pero es al mismo tiempo la idea que une a Féli y Juan María con su tío de Saudrais. Los tres tienen el mismo convencimiento: Dios y libertad no se pueden separar.

Es su tío quien ha llegado a esta conclusión a partir de la experiencia de la Revolución. El partidario de Rousseau y de las ideas liberales ha quedado desilusionado de la experiencia revolucionaria.

Féli y Juan María han vivido durante toda su vida de esta convicción, aunque de modo diferente. Para Juan María, Dios es el fundamento de la libertad. Sin Dios no puede haber libertad. Para Féli, si no hay libertad, no se puede hablar de Dios.

«En medio de los crímenes y de las tempestades de la época actual he asociado el nombre de Dios al nombre de la libertad, de una libertad generosa y pura; es todo lo que quería, mi deber está cumplido y me sonrojaría de mí mismo si me inquietase por lo demás» .

Por otra parte, tenemos que decir que la Chesnaie era un santuario de la libertad.

Para interiorizar

  • ¿Cuál es tu Chesnaie?
  • ¿Cómo, cuándo y dónde reflexionas, te formas, lees, intercambias conocimientos, comunicas, investigas…?
  • ¿Cuál es la relación que existe en ti entre Dios y la libertad?
  • ¿Son inseparables como para Féli? ¿Son incompatibles…?
  • ¿Cuál es la zarza ardiente de tu vida? Lo que te ha lanzado a la vocación, lo que te mueve, motiva, tu horizonte utópico.

Descargar versión *.DOC (97 KB)


Galería de fotos

Juan María, Peregrinación Menesiana - 23 de junio de 2008 -


“Estar en medio de estos queridos niños, es habitar ya con los ángeles.” (Carta del 21 febrero 1835. ATC II p. 159)

Colegio Cardenal Copello
  • sitio web
    Nueva York 3371 y Nueva York 3433
    Tel. (00 54 11) 4501 04 27
    Ciudad autónoma de Buenos Aires
    Argentina

Instituto Nuestra Señora del Rosario
  • facebook
    9 de julio 359
    Tel. (00 54 3541) 440 002
    Bialet Massé
    Provincia de Córdoba
    Argentina

Colegio La Mennais
  • sitio web
    Ing. Acquistapace 1701
    Tel. (00 598) 2600 56 20
    Montevideo
    Uruguay

Colegio Teodelina F. de Alvear
  • sitio web
    Bulevar San Diego 1056
    Tel. (00 54 341) 492 12 30
    Villa Gobernador Gálvez
    Provincia de Santa Fe
    Argentina

Instituto San Pablo
  • sitio web
    San Martín 1425
    Tel. (00 54 261) 498 04 03
    Luján de Cuyo
    Provincia de Mendoza
    Argentina

Centro Dionisio Díaz
  • facebook
    Calle 15 entre Tiburcio Gómez y Pantaleón Artigas
    Barrio 14 de febrero
    Tel (00598) 42229122
    Maldonado - Uruguay

|| Provincia Inmaculada Concepción - Hermanos Menensianos en Argentina y Uruguay | HTML5 | KICKSTART + WordPress ||