Cuando los antiguos misioneros jesuitas construían sus iglesias monumentales, iban a los montes y arrancaban los lapachos con sus raíces enteras, trasportándolo con su terrón de tierra colorada adherido a ellas. Y así los volvían a plantar en el suelo, construyéndolos en columnas que sostendrían toda la estructura del edificio. Las paredes eran de esa misma tierra colorada, apisonada en un encofrado de madera que luego se retiraba. Toda la resistencia del edificio, que aguantó siglos, se fiaba a las columnas.
Por supuesto, para esta misión había que despojarlo de sus ramas. Pero eso le sucede a todo árbol que tiene que cumplir una misión distinta de la de ser simplemente planta. En San Ignacio Guazú y en muchos otros lugares de la tierra guaraní, donde estuvieran antiguas y hermosas iglesias, hoy sólo quedan en pie partes de esos troncos de tayé, trozos de columnas aún clavadas junto a montículos de tierra colorada que constituían las paredes. Su madera no se pudre. Poco a poco va saltando en astillas que regresan a la tierra madre, uniéndose al humus fértil que alimenta la vida nueva que nace a sus pies.
Vocación tierna de árbol, con misión resistente de columna, el lapacho es imagen del alma de mi hermano JUAN ALBERTO RODRÍGUEZ. También él es hombre, sacado de entre los hombres para ser puesto al servicio de los hombres en todo lo que a Dios se refiere. Para ello mi hermano tiene que desprenderse de su follaje, pero no de sus raíces. Tiene que traer consigo su imaguaré, como se nombra en guaraní al pasado en cuanto realidad antigua que aún perdura viviente.”
Aplicación de un cuento de Mamerto Menapace, en el libro “Madera Verde”
Juan Alberto:
estamos orgullosos de esta nueva etapa que estas iniciando, sos para nosotros el lapacho que nos sostiene, que inconscientemente bien o mal tratamos de cuidarte.
Que a pesar de todas las tempestades has podido seguir en pie gracias a tus fuertes raíces.
Por eso sabemos que vayas a donde vayas siempre estaremos en tu corazón porque somos partes de las raíces que te mantienen en pie.
¡GRACIAS!!!!
Te queremos.
Profesión religiosa, Vocacional - 14 de octubre de 2009 - Pilar, Mari y Sebastián.
“No se olviden de rezar por los niños que les son confiados y en especial por aquellos que por sus defectos les dan más inquietud y molestia” (RFIC )
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