Menesianos

Una experiencia para vivir

Como todos los años hemos participado de la experiencia de Misión en Maldonado la comunidad de Buenos Aire y Montevideo.
La comunidad de vida es el lugar en donde podemos compartir nuestros momentos importantes de la semana, donde ponemos en común varios proyectos con el fin de ayudar a quienes lo necesitan.
En febrero tuvimos una experiencia única en Maldonado Nuevo, Uruguay, realizando algunas tareas comunitarias con los chicos del lugar, tanto en el Centro juvenil Dionisio Díaz. Por la mañana rezábamos, ayudábamos en el comedor, jugábamos con lo chicos, y colaborábamos en la limpieza del lugar, por la tarde estábamos con los jóvenes del centro y luego visitábamos a los niños a sus casas y hablábamos con sus familias. Algunos días íbamos de excursión con los chicos a la playa y pescábamos a la encandilada con los chicos del Centro Juvenil. Y el ultimo día, lo pasamos con los hermanos de la comunidad de Montevideo del colegio La Mennais. En mi opinión esta misión fue algo que ninguno de los chicos va a olvidar, y que nos va a servir para toda nuestra vida…

Una caricia para el alma…eso fue mi vivencia en Maldonado

A cada rato vienen a mi mente las caritas de los niños de Uruguay, sus voces, sus abrazos de oso, sus relatos, sus preguntas…

Es difícil de explicar la experiencia inolvidable que viví si tengo que ponerla en palabras concretas, puedo expresarlo recordando situaciones vividas desde el primer momento, desde la calurosa bienvenida de todos los niños del club, los adolescentes del centro, los educadores, las cocineras, los hermanos, los alumnos de Uruguay y de Argentina hasta cada momento compartido, sentí que los conocía de toda la vida….

y en la vida nada sucede porque sí, ya que lo que hacés hoy, puede hacer la diferencia en tu vida de mañana…

La presencia de Dios en cada momento, y la manifestación de Su amor en las manitos y en los corazones de cada uno de los niños de Maldonado, y también en cada visita que realizamos a sus casas, en las que faltaban muchas, pero muchas cosas materiales, pero el cariño con el que nos recibieron nos llenó el alma.
Ellos se ocuparon de hacerme saber, muy puntualmente, que esperan con mucha ansiedad cada año nuestra visita, que a pesar de que son pocos días, ellos guardan esas vivencias durante todo el año en sus corazones.

Gracias a la Comunidad Menesiana por invitarme y permitirme ser parte de esta maravillosa tarea, espero de todo corazón poder repetirla.