Menesianos

“La gran trampa en este tiempo es caer en el lamento y la gesticulación inoperante. Nos podemos pasar media vida esperando lo que nunca llega y la otra media añorando lo que ya pasó, para no enfrentar el austero camino de la renovación.”

“Hay un tiempo para sembrar y otro para recoger. Hay un tiempo para hablar y otro para callar. Hay que ser rápido para responder a toda injusticia. Hay que ser paciente para escuchar. La eficacia es rauda, la ternura lenta… Sin tiempo para el acompañamiento no hay pastoral ni de adultos, ni familiar, ni juvenil, ni infantil, ni vocacional.”

“Sólo la mirada tranquila, la palabra pausada recrea la cercanía, la ternura y el cariño, la afectividad que hace efectiva la capacidad de narrar la verdad evangélica: el arte no sólo de enseñar sino de curar toda enfermedad, de engendrar nueva vida, nueva humanidad.”

“Estoy convencido que muchos seguidores de Jesús se pierden porque conocemos a Dios sólo de oídas. No conocemos su manera de actuar. Tenemos poca experiencia de su presencia en nuestras vidas.”

“Necesitamos aprender a captar la presencia de Dios y sus modos de actuar. Y, sobre todo, necesitamos confiar en Él. Es decir, necesitamos ser hombres de oración. Dejémonosle hacer. No interrumpamos con nuestro exceso de palabra y de acción su Decir/Hacer.”

“Aprendamos a descubrir y a señalar su llamada… Y, después, respetemos, como Él respeta, la libertad del hombre y de la mujer.”

“El sentido del humor, por dar a cada cosa el valor que se merece, es sabiduría evangélica y nunca tendría que faltar en la vida del agente de pastoral juvenil vocacional como signo de confianza en el Dios Madre/Padre, porque Él ha reído, con alegría, en el origen de su creación, porque vio que todo era bueno; y reirá, con más alegría, cuando acontezca su Bello Final, porque todo será como Él lo soñó.”

(Citas de Antonio Sánchez Orantos, cmf)