“No hay amor más grande que dar la vida por los amigos”
(Juan 15,13)
En este día tan especial compartimos algunos pensamientos sobre la Amistad que nos hizo llegar el Hermano Miguel Ángel Merino. A través de algunos fragmentos de cartas de nuestro Padre Fundador descubrimos su manera profunda de vivir las relaciones de amistad. ¡Feliz día del AMIGO!
Aspectos psicológicos y ascéticos» de la amistad:
“Querido amigo, no puedo expresarte todo mi reconocimiento por tu cariñoso recuerdo y por lo que me dices. Estoy lleno de reconocimiento y te confieso que desde hace mucho tiempo no había experimentado una alegría tan grande. Te lo pido por favor, querido Bruté, estrechemos de nuevo los lazos que nos unen, quiero poner mi alma en la tuya, porque sé que la tuya es totalmente de Jesucristo, y deseo cada vez más que nos amemos en un solo amor, que nos ayudemos en servirle, que su divino espíritu nos anime, nos abrace y que nuestro corazón esté lleno de una ardiente caridad…
…Adiós querido Bruté, no dejes de escribirme y sobre todo de anunciarme el día de tu ordenación. De antemano te pido que me concedas un sitio en tu memento y que coloques sobre tu patena al mejor de tus amigos. Adiós de nuevo, vivamos, vivamos en las entrañas de la caridad divina, como dice San Francisco de Sales cuya fiesta hemos celebrado el viernes pasado, y que me perdonas por citar estas palabras suyas: es necesario poner todo el coraje para servir lo mejor y más valientemente posible al Señor, porque ¿por qué creemos que El ha querido hacer un solo corazón de los dos sino para que este corazón sea atrevido, fuerte, animoso, constante y enamorado de su Creador y Salvador?”
«Querido y excelente amigo:
Con qué vivo dolor te dirijo estas últimas líneas. Vas a marchar; todavía otra vez el océano va a separarnos. Pasarán quizá varios meses sin que reciba una palabra tuya. ¡Oh! qué bien muestra todo esto la nada de las cosas de la tierra y la vanidad de todo lo que no es Dios. Esta triste vida transcurre así cargada de lamentos y de lágrimas; nos encontramos un instante para decirnos que nos queremos y para experimentarlo ; un instante después es necesario pronunciar la cruel palabra de adiós. Pues bien, sí, adiós. Que Dios bendiga tu sacrificio y tus trabajos. Vete a extender en tierras lejanas el reino de Jesucristo; trabaja con nuevo celo en profundizar los cimientos de una nueva Iglesia ; pero en medio de estas lejanas tierras no te olvides de tu pobre Juan ; ponle a menudo sobre tu patena, y pide para él las gracias de fortaleza y de luz de las que siente tanta necesidad. Estáte seguro, querido amigo, que tu recuerdo no se borrará nunca de su corazón y que en la vida y en la muerte será para ti lo que él es
El amigo más entregado y más cariñoso»
Noticias - 20 de julio de 2009 -
“No se puede vivir bien, mientras no se sepa orar bien.”
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