Este es el sitio de la antigua Provincia Inmaculada Concepción de los
Hermanos Menesianos en Argentina y Uruguay. Si lo que busca es información y noticias sobre el Distrito Divina Provindencia, de los Hermanos
Menesianos en Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay, visite su nuevo sitio web:
menesianosdp.net.
Creemos que todas las vocaciones son un Don de Dios a la Iglesia para hacer presente el Reino donde nos toque desplegar nuestras vidas.
Creemos que Dios Padre nos llama a todos a una única vocación: ser imágenes de su Hijo y que cada uno tiene que descubrir qué rasgo lo convoca y en qué estado de vida encarnar ese llamado.
Creemos que Dios sigue llamando a jóvenes para hacer presente a Jesús, Maestro y Pastor, en medio de los niños y jóvenes, en el mundo de hoy, a través de la educación cristiana.
Creemos que Dios sigue convocando a jóvenes a ser Hermanos Menesianos a través de las mediaciones humanas: trabajando con ellos, viviendo en medio de ellos, humanizando sus vidas y las nuestras, sensibilizándonos ante el sufrimiento humano, acompañándolos, haciéndonos preguntas juntos, etc.
Creemos en un Dios que enviará su Espíritu Santo para ayudarnos a descubrir lo que quiere de la PV menesiana en esta porción de Reino.
Creemos que Dios está presente y trabaja junto a nosotros con la esperanza de ver nacer Hermanos Menesianos en el Cono Sur.
Creemos que tenemos que preguntarnos juntos, Hermanos y laicos, Hermanos y jóvenes, por la llamada de Dios a vivir el carisma menesiano en el Cono Sur.
Creemos que debemos vivir lo menesiano con pasión y transmitirlo a los jóvenes en actitudes concretas, en compromiso y acciones donde ellos puedan palpar y descubrir la alegría de darse a los demás.
Creemos que ser Hermano Menesiano es un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad toda, y por ello estamos llamados a ser fieles creativamente al carisma menesiano.
Creemos que una vida vivida con pasión, junto a otros, con entusiasmo y entrega genera preguntas.
Creemos que estamos llamados a acompañar respuestas, con alegría y convicción.
Creemos que las comunidades convocan por su talante existencial (alegres, contentas, esperanzadas y con horizontes de vida) o repelen (resignadas, tristes, acomplejadas, etc.)
Creemos que si amamos a este mundo, “la confusión de Babel está al fin, una vez más, a punto de ser barrida por el viento de Pentecostés”.
Creemos que en la medida que creamos en los jóvenes crearemos jóvenes capaces de arriesgar sus vidas por el proyecto Jesús, que los y nos supera.
Creemos con Juan María que “los jóvenes son generosos y que sólo necesitan motivos para luchar”.