Este es el sitio de la antigua Provincia Inmaculada Concepción de los Hermanos Menesianos en Argentina y Uruguay. Si lo que busca es información y noticias sobre el Distrito Divina Provindencia, de los Hermanos Menesianos en Argentina, Bolivia, Chile y Uruguay, visite su nuevo sitio web: menesianosdp.net.

menesianosic.net > Vocacional > Profesión religiosa > 3 de octubre: Pobreza
Profesión perpetua del Hno Juan Alberto Rodríguez (10-10-2009) - Orando en familia

3 de octubre: Pobreza

“Uno se priva, sin mayor problema,
de un vestido, de un mueble, de un libro;
pero se apega a un empleo u ocupación,
a una señal de estima o de confianza, a una distinción.
Se crea así, un tesoro de vanidad
al que se está más apegado que un avaro a su oro”.
Juan María

Himno

Señor, cuando nos mandas a sembrar,
rebosan nuestras manos de riquezas:
tu Palabra nos llena de alegría
cuando la echamos en la tierra abierta.

Señor, cuando nos mandas a sembrar,
sentimos en el alma la pobreza:
lanzamos la semilla que nos diste
y esperamos inciertos la cosecha.

Y nos parece que es perder el tiempo
este sembrar en insegura espera.
Y nos parece que es muy poco el grano
para la inmensidad de nuestras tierras.

Y nos aplasta la desproporción
de tu mandato frente a nuestras fuerzas
Pero la fe nos hace comprender
que estás a nuestro lado en la tarea.

Y avanzamos sembrando por la noche
y por la niebla matinal. Profetas
pobres, pero confiados en que tú
nos usas como humildes herramientas.

Gloria a ti, Padre bueno, que nos diste
a tu Verbo, semilla verdadera,
y por la gracia de tu Santo Espíritu
la siembras con nosotros en la Iglesia.

Amén

(Fermín Gaínza)

Antífona 1:

“Penétrese de ese espíritu de anonadamiento absoluto que es el verdadero espíritu de sacrificio; sea pobre y pobre de espíritu, sin preocuparse, ni de esos bienes que los hombres buscan con tanto empeño y trabajo, ni de esa otra clase de bienes a los que aún es más difícil renunciar: los propios gustos e inclinaciones, ¡sacrifíquelos!”

Juan María

Salmo 33

Bendeciré al Señor en todo tiempo,
su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría en el Señor:
que lo oigan los humildes y se alegren

Glorifiquen conmigo al Señor,
alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor: él me respondió
y me libró de todos mis temores.

Miren hacia él y quedarán resplandecientes,
y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre invocó al Señor:
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.

El Ángel del Señor acampa
en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean qué bueno es el Señor!
¡Felices los que en él se refugian!

Teman al Señor, todos sus santos,
porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se empobrecen y sufren hambre,
pero los que buscan al Señor no carecen de nada.

Vengan, hijos, escuchen:
voy a enseñarles el temor del Señor.
¿Quién es el hombre que ama la vida
y desea gozar de días felices?

Guarda tu lengua del mal,
y tus labios de palabras mentirosas.
Apártate del mal y practica el bien,
busca la paz y sigue tras ella.

Los ojos del Señor miran al justo
y sus oídos escuchan su clamor;
pero el Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.

Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.

El justo padece muchos males,
pero el Señor lo libra de ellos.
Él cuida todos sus huesos,
no se quebrará ni uno solo.

La maldad hará morir al malvado,
y los que odian al justo serán castigados;
Pero el Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en él no serán castigados.

Antífona 2:

“Hay otro sacrificio, muy real, que hay que renovar cada día, y que el alma no hace sin experimentar una serie de desgarramientos; me refiero a esa pobreza de espíritu que nuestro Señor presenta como la primera bienaventuranza y que es la característica de la vida religiosa”

Juan María

Cantar de la Pobreza: Mt 6, 19-21. 24-34

No acumulen tesoros en la tierra,
donde la polilla y la herrumbre los consumen,
y los ladrones perforan las paredes y los roban.
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo,
donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma,
ni ladrones que perforen y roben.
Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.

Nadie puede servir a dos señores,
porque aborrecerá a uno y amará al otro,
o bien, se interesará por el primero
y menospreciará al segundo.
No se puede servir a Dios y al Dinero.

Por eso les digo:
No se inquieten por su vida,
pensando qué van a comer,
ni por su cuerpo,
pensando con qué se van a vestir.
¿No vale acaso más la vida que la comida
y el cuerpo más que el vestido?

Miren los pájaros del cielo:
ellos no siembran ni cosechan,
ni acumulan en graneros, y sin embargo,
el Padre que está en el cielo los alimenta.
¿No valen ustedes acaso más que ellos?

¿Quién de ustedes,
por mucho que se inquiete,
puede añadir un solo instante
al tiempo de su vida?

¿Y por qué se inquietan por el vestido?
Miren los lirios del campo,
cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón,
en el esplendor de su gloria,
se vistió como uno de ellos.

Si Dios viste así la hierba de los campos,
que hoy existe y mañana será echada al fuego,
¡cuánto más hará por ustedes,
hombres de poca fe!
No se inquieten entonces, diciendo:
«¿Qué comeremos, qué beberemos,
o con qué nos vestiremos?».
Son los paganos los que van detrás de estas cosas.

El Padre que está en el cielo
sabe bien que ustedes las necesitan
Busquen primero el Reino y su justicia,
y todo lo demás se les dará por añadidura.
No se inquieten por el día de mañana;
el mañana se inquietará por sí mismo.
A cada día le basta su aflicción.

Palabra de Dios: Mt. 11, 25-30

Palabras de Juan María – Semón-

Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y encontraréis descanso para vuestras almas.

¡Qué pocos cristianos, y podré decir, qué pocos religiosos escuchan con un corazón dócil esta lección que Jesucristo da a sus discípulos, y procuran ponerla en práctica! Nada se teme tanto como ocultarse, humillarse, anonadarse, y el orgullo es de entre todas las tentaciones aquella en la que caen con más frecuencia incluso las almas que aspiran a una alta perfección.

No tenemos más que considerar los ejemplos de nuestro Salvador, para experimentar un vivo sentimiento de estima hacia esta virtud que le fue tan querida. Sí, cuando vemos al Rey de la gloria que viene al mundo eligiendo la condición de esclavo, en la vida más oscura, condenándose a sufrir los desprecios, los oprobios, los ultrajes, enrojecemos al vernos tan ávidos de las alabanzas de los hombres, tan deseosos de atraer sus miradas, tan sensibles a sus censuras.

Estamos convencidos interiormente de la necesidad de ser humildes y sentimos el deseo de llegar a serlo. Sin embargo, la triste experiencia de cada día nos enseña que con los pretextos más frívolos, en las relaciones con nuestro prójimo, nos solemos conducir por principios muy diferentes de los que parecían tan bonitos en teoría, y que a menudo, las personas que mejor hablan de la humildad, en realidad son menos humildes que los demás.

  • Momento de oración personal
  • Espacio para la oración compartida
  • Intenciones
  • Padre nuestro

Oración

Providencia de mi Dios,
oh madre que tantas veces he invocado
y a quien he ofrecido, consagrado, entregado esta casa
y cuantos ha reunido en ella tu gracia.

Providencia, siempre buena,
tan sabia, tan llena de piedad y
amor para con tus pobres criaturas,
te adoramos, te bendecimos,
nos abandonamos en tus manos sin reserva.
Haz de nosotros todo lo que quieras.
Sólo deseamos cumplir tu voluntad en todo:
en las humillaciones y en las grandezas,
en la pobreza y en la riqueza,
en la salud y en la enfermedad,
en la vida y en la muerte.

Providencia de mi Dios, vela sobre tus hijos,
afiánzanos, dirígenos.
Sé tú nuestra defensa, nuestra guía, nuestro consuelo,
nuestra alegría y nuestra esperanza.
¡Dios sólo en el tiempo!
¡Dios sólo en la eternidad!
¡Dios sólo en el día de hoy, en todo y en cada cosa!
¡Dios sólo!.

Juan María de la Mennais


Descargar versión *.DOC (31 KB)

Profesión religiosa, Vocacional - 2 de octubre de 2009 -


“Que el amor fraterno reine entre todos los miembros de la misma comunidad.” (Regla de 1835)

Colegio Cardenal Copello
  • sitio web
    Nueva York 3371 y Nueva York 3433
    Tel. (00 54 11) 4501 04 27
    Ciudad autónoma de Buenos Aires
    Argentina

Instituto Nuestra Señora del Rosario
  • facebook
    9 de julio 359
    Tel. (00 54 3541) 440 002
    Bialet Massé
    Provincia de Córdoba
    Argentina

Colegio La Mennais
  • sitio web
    Ing. Acquistapace 1701
    Tel. (00 598) 2600 56 20
    Montevideo
    Uruguay

Colegio Teodelina F. de Alvear
  • sitio web
    Bulevar San Diego 1056
    Tel. (00 54 341) 492 12 30
    Villa Gobernador Gálvez
    Provincia de Santa Fe
    Argentina

Instituto San Pablo
  • sitio web
    San Martín 1425
    Tel. (00 54 261) 498 04 03
    Luján de Cuyo
    Provincia de Mendoza
    Argentina

Centro Dionisio Díaz
  • facebook
    Calle 15 entre Tiburcio Gómez y Pantaleón Artigas
    Barrio 14 de febrero
    Tel (00598) 42229122
    Maldonado - Uruguay

|| Provincia Inmaculada Concepción - Hermanos Menensianos en Argentina y Uruguay | HTML5 | KICKSTART + WordPress ||