«Varios han tomado su partido y han hecho bien.
No se debe venir entre nosotros para gozar de la independencia
y de otras cosas de las que el mundo hace un ídolo;
eso no se encuentra aquí.
Si alguno de vosotros no está decidido a vivir en la obediencia y la humildad,
que se retire: no perseverará»
(Laveille I p 362 )
Señor, como el marino busca el rumbo,
escudriñando brújulas y estrellas,
nosotros escudriñamos tus señales
en la humildes cosas de la tierra.
Señor, para encontrar tu voluntad,
sumamos nuestras búsquedas fraternas,
Y no alcanzamos a compaginar
las señales variadas y dispersas.
Y seguimos juntando pedacitos,
como niños con un rompecabezas.
Y a veces se nos cae la esperanza
y se nos va creciendo la impaciencia.
Hasta que un día vamos entendiendo
el sentido que tiene la obediencia;
vivir unidos, escuchando juntos,
como hijos tuyos, tu Palabra eterna.
Y poco a poco vamos comprendiendo
que en esta unión fraterna se refleja
la triple comunión de tu unidad:
tres Personas en una sola empresa
Gloria a ti, Padre Bueno, que nos unes
con tu Hijo y con tu Espíritu en la Iglesia,
para cumplir tu Plan de Salvación,
que ha de llevarnos a la Vida eterna.
Hno Fermín Gaínza
«Sea exacto en practicar la santa virtud de la obediencia y ponga atención en el voto que le compromete a ella; no es, por consiguiente, para usted un simple consejo, sino una obligación rigurosa; recuerde a menudo lo que es dicho en la regla, que no está obligado sólo a una obediencia de acción, sino a una obediencia de espíritu y corazón.»
(5.02)
TU PALABRA ME DA VIDA,
CONFIO EN TI, SEÑOR.
TU PALABRA ES ETERNA,
EN ELLA ESPERARÉ.
Dichoso el que con vida intachable,
camina en la ley del Señor,
dichoso el que guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón.
Postrada en el polvo está mi alma,
devuélvame la vida tu palabra.
Mi alma está llena de tristeza,
consuélame, Señor, con tus promesas.
Escogí el camino verdadero,
y he tenido presente tus decretos.
Correré por el camino del Señor,
cuando me hayas ensanchado el corazón.
Este es mi consuelo en la tristeza,
sentir que tu palabra me da vida.
Por las noches me acuerdo de tu nombre,
recorriendo tu camino dame vida.
Repleta está la tierra de tu gracia;
enséñame, Señor, tus decretos.
Mi herencia son tus mandatos,
alegría de nuestro corazón.
«El espíritu religioso consiste en una completa renuncia a sí mismo y en una voluntad de ser de Dios sin reservas. He aquí lo que no se comprende hoy y he aquí lo que importa comprender más que nunca»
( S VII p.2294 )
Cada día tu voz me despierta
y me lanza en peregrinar,
cada paso construye un camino
cada Sí una fidelidad.
Cada sol que amanece en mi alma
es impulso de un nuevo empezar
en la senda que vas construyendo
con lo poco que te puedo dar.
Paso a paso, día a día, yo camino hacia ti.
Paso a paso, día a día, construyendo mi sí.
Paso a paso, día a día, tú te juegas por mí.
Paso a paso, día a día, desde ahora hasta el fin.
Tú no quieres que viva pensando
en el tiempo que está por venir
el futuro se guarda en tus manos,
el presente debemos vivir,
Tú eres padre que sabe y conoce
lo que somos y podemos ser
en tu amor nuestra vida descansa
y tu voz nos va haciendo crecer.
Quiero da otro paso contigo
encontrar en tu fuerza la paz
caminar el camino confiado
cada día en tu fidelidad.
Yo no soy el mejor de tus hijos,
como el pródigo, he vuelto al hogar
a decirte, como hizo mi padre,
“yo adoro en todo tu voluntad”.
Cuando se practica la pobreza, la obediencia se hace dulce y fácil. Nada cuesta someter la voluntad dócil, ya que todo el ser disfruta de un santa indiferencia. Las faltas que se cometen contra la obediencia provienen de esto: a menudo, incluso sin darnos cuenta, conservamos la propiedad de nuestros pensamientos, de nuestros gustos, de nuestros deseos. Los defendemos cuando se los ataca, y somos sensibles a cualquier palabra que los contradice. Por ello, estamos siempre dispuestos a criticar a quien no los comparte, incluso a los superiores cuando los condenan. Sin duda no levantamos nuestra voz, no resistiremos abiertamente sus órdenes; pero interiormente nos permitiremos yo no sé que censura secreta que nos libera de algún modo de los sacrificios que exigen de nosotros y que no hacemos más que a regañadientes. Se juzga así a aquellos por quienes uno debe ser juzgado; se les acusa siempre de extravagancia, de caprichos, de prevenciones; tan pronto se les reprocha su severidad, como su indulgencia; se cede exteriormente a su voluntad, pero se guarda igualmente la propia y así se desvanece ese sacrificio de amor, ese espíritu de humildad y de obediencia, que sin embargo es el espíritu de la vida religiosa o mejor es la vida religiosa misma»
Juan María Sermón 2185
«Estoy sorprendido de lo que me dices en relación con los votos temporales: me parece que no puede haber asociación duradera sin lazo y sin garantía de estabilidad de parte de aquellos que se comprometen. Por otra parte el voto de obediencia conlleva consigo una sumisión de espíritu sin la cual no hay obediencia real; y además, es el solo medio de poner freno a la inconstancia de estos jóvenes. Y observo que la mayor parte, en vez de lamentarse, reconocen su necesidad y se alegran de que les sea permitido tomar compromisos de esta naturaleza. Sin esto, no se sabría distinguirles de los maestros ordinarios de escuela; y yo no tendría autoridad para dirigirles; las escuelas podrían ser abandonadas de un instante a otro por los Hermanos, y estos no aceptarían los puestos penosos a no ser que les agrade»
(ATC VII p.155)
«Por el voto de obediencia, uno renuncia a su propia voluntad para someterla a la del superior que tiene en relación a nosotros el lugar de Dios: así, como lo dice la regla, no es sólo a la obediencia de acción que uno está obligado, sino también a la obediencia de espíritu y de corazón»
(Regla de 1825. Instrucción sobre la obediencia. )
«Marche con sencillez por las humildes vías de la obediencia… y sin jamás querer otra cosa que lo que Dios quiere; alégrese de tener la certeza de hacer su adorable voluntad al hacer lo que los superiores le dicen y por consiguiente, que su juicio sea su regla.»
(5.11)
Dios mío, que tu voluntad sea siempre la mía.
No tengo más que un solo deseo,
No oponer jamás la menor resistencia
A lo que pidas de mí.
¡Me entrego a ti completamente!
Haz lo que quieras de esta pobre criatura.
Amén
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Profesión religiosa, Vocacional - 3 de octubre de 2009 -
“Jesucristo nos ha sido dado por Rey, por Maestro y por Modelo.” (Carta del 15 octubre 1839. ATC VI p. 240)
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